Según el ministro de Economía, Axel Kicillof, el dólar oficial recién llegaría a los $ 11,20 para fines de 2016, con un promedio en todo el año que viene de $ 10,60. Esas, por lo menos, son las previsiones del Proyecto de Presupuesto que hoy presentó en el Congreso, en la que probablemente haya sido su última asistencia al Parlamento como ministro. “La intención de la presentación es cumplir con las leyes y, a nuestro entender, darle al Congreso de la Nación un proyecto de Presupuesto que es adecuado (…) Pero no hay intención de condicionar al Gobierno que viene”, aseguró Kicillof casi al inicio de su presentación. Resaltó asimismo que el proyecto “no presupone un cambio en las políticas ni tarifarias ni de subsidios" y que, en cambio, se propone más impulso a los planes Procrear, Ahora 12 y Progresar. Señaló además que la próxima gestión podrá hacerle, eventualmente, “las modificaciones que se crean convenientes” al Presupuesto. En cuanto a los puntos principales para la macroeconomía, apuntó que el presupuesto prevé “un crecimiento del PBI de 3% para el año que viene". Y agregó: "Estamos estimando que este año nuestro crecimiento va a llegar a 2,3%. Espero no equivocarme". La cifra es superior a la que estiman las consultoras privadas. Algo parecido ocurre con los datos de inflación. El ministro indicó que para todo 2016 prevé un aumento de los precios minoristas del 14,5%. Y enseguida apuntó a las diferencias que marcan las consultoras privadas con las mediciones del INDEC: 8. "El IPC Congreso es el único promedio que da arriba de los números que intenta promediar. Han reinventado la matemática”, se quejó y añadió: “Todas las consultoras privadas, excepto la de algunos diputados llamada IPC Congreso, marcan una definida desaceleración de la inflación". También mencionó que la “última cifra de desempleo es del 6,6%” y que el proyecto prevé “un precio promedio de 375 dólares la tonelada de soja para el año que viene". Con una frase que viene repitiendo casi como un latiguillo en su pelea casi constante contra los “gurúes” económicos, insistió: "Todos los años nos endilgan un ‘plan bomba’ pero durante doce años no ocurrió el desastre". Y se despidió de diputados y senadores enumerando y recordando todos los proyectos que fue a defender al Parlamento. "Por eso el agradecimiento y por eso el orgullo. Muchas gracias", cerró en las que fueron tal vez sus últimas palabras como ministro en el Congreso.