La enorme brecha que se abrió en la medición del desempeño de la actividad fabril por parte del organismo oficial de estadísticas y los estudios del sector privado se explica en un fenómeno que data de un año antes. Según explican los expertos de la consultora de Orlando Ferreres, como de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas que dirigen Juan Luis Bour y Daniel Artana, semejantes diferencias de hasta cinco puntos porcentuales en la estimación de la reactivación de la industria automotriz, con excepción del sector automotriz y ramas directamente vinculadas, obedecen a que "el INDEC sobre estimó el nivel de agosto de 2014, cuando en realidad se había registrado el menor nivel para ese mes de los últimos cinco años". El Estimador Mensual Industrial oficial, que se adjunta al pie de la nota, determinó incluso una leve disminución de 0,1% respecto de julio previo, en contraste con el índice de FIEL que acusó una suba de 1,8%, mientras que el IPI de Ferreres declinó 0,7 por ciento. La confirmación de que los números de actividad no fueron congruentes a lo largo de los últimos doce meses quedó de manifiesto en la comparación de los índices acumulados entre enero y agosto, donde virtualmente todas las variaciones convergieron a un rango de menos 0,1% para Ferreres hasta 0,8% de caída para el INDEC y un punto intermedio para FIEL. Los economistas de FIEL alertan de que "la recuperación aún resulta vulnerable por las dificultades que persisten para el acceso a las divisas para pagar importaciones de repuestos e insumos esenciales por parte de los productores; a la creciente pérdida de paridad entre el peso y las monedas de sus socios comerciales; el menor dinamismo de la actividad agregada e industrial en Brasil y el deterioro del escenario de inversión en la Argentina".