Los empresarios textiles aseguran que el sector lleva adelante un proceso de inversión que supera los u$s 4.000 millones en bienes de capital y tecnología, a pesar de que por la caída del consumo y el ingreso de importaciones prevé cerrar el año con un 5% de retracción.

El presidente de la Fundación ProTejer, Jorge Sorabilla, explicó que las inversiones se hicieron en maquinaria para hilanderías, lavaderos y nano tecnología, entre otras en los últimos años. Y destacó el impulso que registra la producción de fibras y tejidos técnicos para rubros en crecimiento, como el automotriz y la construcción. 

Durante la inauguración de la convención Protextil 2017, los representantes del sector expusieron una radiografía del mercado en lo que va del año. Aseguraron que el nivel de actividad tuvo una caída del 12,9%, pero que muestra una desaceleración del ritmo de descenso y se espera que para el segundo semestre del año se registren variaciones positivas del nivel de producción, aunque estarán asociadas con el bajo nivel de actividad del mismo período del año pasado más que por una recuperación de los niveles de demanda.

Entre las causas a las que los empresarios le adjudican los problemas del sector textil se destacan: la apertura de las importaciones, las compras externas por turismo, los envíos puerta a puerta y el contrabando remanente.

Ariel Schale, Director Ejecutivo de ProTejer, calculó que este año hay u$s 3400 millones gastados en prendas importadas y compradas en el exterior. 

En prendas de vestir, las importaciones crecieron 62% en lo que va del año mientras que las confecciones para el hogar lo hicieron 16,3%. Este fuerte incremento provocó que la participación de la producción nacional en el mercado disminuyera. Hoy, la ropa confeccionada en Argentina alcanza al 40% de las ventas totales, cuando el año pasado era el 45%. En 2015, era del 50%. Y esto sucede, según Schale, mientras el mercado doméstico sigue sin reaccionar producto del deterioro del poder adquisitivo del salario.