El ministro de Hacienda Hernán Lacunza llegará a Washington hacia fin de mes para una difícil tarea: dar los primeros pasos en el Fondo Monetario Internacional para renegociar el acuerdo Stand by y, en el más corto plazo, intentar convencer al organismo para que desembolse los 5.400 millones de dólares que deberían ser aprobados en septiembre pero que hoy están en duda. La misión del ministro es dura: si bien el apoyo al programa de reformas de Mauricio Macri continúa formalmente, el clima con nuestro país ha cambiado tras los resultados de las PASO y las recientes turbulencias económicas.
Todavía falta afilar los detalles de la agenda, pero se estima que Lacunza arribará a esta capital para los festejos de los 60 años del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre el 26 y 28 de septiembre. Los días previos acompañaría al presidente Mauricio Macri en Nueva York, durante la Asamblea de las Naciones Unidas y en encuentros con inversionistas en Wall Street, donde se presentará con su nuevo cargo.
Aún no está confirmado, pero Lacunza también buscará reunirse con funcionarios del Tesoro de EE.UU., que ha sido clave en el apoyo al gobierno de Mauricio Macri ante el FMI y que hoy ve con incertidumbre una posible presidencia de Alberto Fernández. Desde el Departamento de Estado han advertido a Clarín que Estados Unidos está dispuesto a trabajar con cualquier presidente que “gobierne democráticamente” en Argentina y encare las relaciones bilaterales “con buena voluntad”.
Después del resultado de las PASO y las turbulencias que posteriormente se desataron, el Fondo dejó en el limbo una programada misión técnica a Buenos Aires para examinar la marcha de la economía para que el directorio ejecutivo del organismo aprobara los 5.400 millones de dólares que estaban previstos para desembolsar en septiembre.