En ambos casos, y en línea con lo anticipado por el relevamiento del Indec a industriales y constructores, primero, y el análisis del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, después, la cartera laboral dio cuenta del peor marzo desde la crisis de comienzos del 2002, tras la declaración del gobierno de entonces del default de la deuda pública, la pesificación de los depósitos en dólares y la fuerte devaluación.

“En marzo de 2020, el nivel de empleo privado registrado en empresas de más de 10 trabajadores del total de los aglomerados relevados cayó 0,5% en relación al mes anterior. Esta es la mayor caída mensual de los meses de marzo desde 2002”, destaca el informe oficial. Y agrega: “En marzo de 2009, con la crisis internacional se registró una caída similar, apenas menor a la actual”.

Los técnicos de Trabajo observaron que casi un mes después desde que el Gobierno decretara “el aislamiento social, preventivo y obligatorio declarado en el marco de la pandemia del Covid-19, algunos sectores restringieron o suspendieron sus actividades, lo que seguramente impactó en las decisiones empresarias de contratación de personal, esperándose un mayor impacto en los próximos meses”.

Una de las consecuencias de esas limitaciones, que afectó inicialmente al último tercio del mes, fue que “la tasa de incorporación de personal a las empresas se redujo al 1,4% de la nómina total, el nivel más bajo de los meses de marzo de los últimos 18 años. En relación a febrero de 2020 se redujo 0,1 punto porcentual, siendo la primera vez que se observa ese fenómeno desde por lo menos 2002; mientras que la tasa de salida (desvinculaciones) fue del 1,9%, aumentó 0,4 puntos porcentuales en relación al mes anterior, aunque también fue la más baja desde 2002”, destaca el informe oficial.

El escenario para el trimestre abril a junio se proyecta singularmente peor para el mercado de trabajo, puesto que ya acumulará al menos dos meses de pleno aislamiento de la mayor parte de las personas y actividades fabriles y de esparcimiento en casi todos los grandes centros urbanos del país, donde se concentran los puestos de trabajo, en particular en el ámbito privado.

“Las expectativas netas de aumento de personal, reflejadas en la diferencia entre la proporción de empresas que esperan aumentar sus dotaciones y aquellas que esperan disminuirlas, resultaron altamente negativas, ubicándose en el valor más bajo de la serie, con 6,5%. Del 8% de las empresas que declararon que harán cambios en sus dotaciones en los próximos 3 meses, el 7,2% esperaba disminuir la dotación y sólo 0,8% estimó que la aumentará”, informó la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) del Ministerio de Trabajo.

Claramente, los sectores más dañados por la crisis y que pese a las medidas de ayuda financiera del Gobierno se proyectan con las mayores bajas del empleo son las vinculadas con la construcción, la industria y el comercio.