En octubre el ajuste del gasto fue el más pronunciado en lo que va del año: llegó al 13% real, muy por encima del 5,3% real de julio. Hubo recortes en los envíos a las provincias, en los subsidios energéticos y al transporte y en las prestaciones sociales.
El anticipo de ganancias extraordinarias también jugó a favor. Cumplirle al FMI la meta más importante sigue siendo la prioridad. Sin embargo, no está cantado que se llegue a ese objetivo: al Gobierno le queda un margen de $790.000 millones hasta fin de año y las consultoras lo ven ajustado. Eso reaviva la discusión por el nuevo round de dólar soja.
Además de la mayor caída del gasto en lo que va del año, octubre dejó el primer incremento real de los ingresos, de la mano de la primera cuota del pago extraodinario a cuenta dispuesto para las empresas con ingresos generados por productos y servicios cuyos precios internacionales se vieron incrementados por la guerra. Eso apuntaló a unos ingresos totales que venían con continuas caídas reales y que crecieron esta vez 3,4% por encima de la inflación.
Los gastos primarios treparon apenas 63,5% en términos nominales anuales, lo que estuvo bien por debajo de la inflación de 88% interanual que se registró en octubre. Por eso, la baja fue de 13% real. Las cuentas con contracciones reales fueron las prestaciones sociales, con caída real de 14,4; los subsidios, con baja de 20,7%; y las transferencias a provincias, con una reducción de 31,9%.
