El Banco Central (BCRA) volverá a dejar bloqueada la posibilidad a los bancos de remitir dividendos o distribuir resultados entre sus accionistas desde el próximo 1° de enero, según el punto 4 de la comunicación “A” 7659 que difundió anoche.
Hasta aquí los bancos podían poner a disposición de sus grupos de control o accionistas minoritarios hasta el 20% de las utilidades que tuvieran acumuladas hasta este fin de año distribuidas en hasta 12 cuotas mensuales, aunque sólo con pagos en pesos habida cuenta de los problemas que existen con la disponibilidad de divisas en el país.
Esto llevó a varias entidades a tratar de hacer los pagos a sus inversores del exterior con otro tipo de instrumentos (bonos públicos, etc.) para tratar de que pudieran cobrarlos en una moneda que se transe en sus lugares de residencia.
Con la norma conocida ayer esta posibilidad volverá a quedar suspendida hasta el 31/12/2023, una fecha que desde el BCRA aclaran que sólo es “formal” dado que el nuevo esquema, que repetiría el anterior o hasta ampliaría porcentajes, será definido “cuando se terminen de hacer los análisis técnicos de la solvencia del sistema”.
En la entidad suponen que eso sucederá en algún momento entre marzo y abril, fechas para las que suelen estar previstas las asambleas de accionistas de muchas entidades. “Para ese entonces los análisis de solvencia tienen que estar concluidos, de allí la estimación”, aclaran.
LA NACION describe que, por los problemas económicos y las dificultades cambiarias, los bancos tuvieron reiteradas veces en los últimos años vedada la posibilidad de disponer de sus ganancias. Por caso, durante el cepo vigente en el segundo mandato de Cristina Kirchner (Comunicación “A” 6939 del BCRA) se prohibió directamente a los bancos la posibilidad de distribuir utilidades, sin discriminar moneda de pago, para evitar que pudieran usar esa liquidez para comprar dólares para remitir a sus accionistas.
Esto derivó en que muchas entidades financieras se volcaron a invertir en inmuebles para tratar de resguardar valor, algo que llevó a bancos como el Macro, el BBVA y el Santander a desarrollar sus proyectos de nuevas torres corporativas en esa época.
Los diferimientos para ejercer ese opción -o incluso hasta las prohibiciones- regresaron hacia el final de la corrida cambiaria que signó la suerte de la administración Macri, cuando se repuso el cepo.
Pero sólo se hicieron generales desde el 19 de marzo de 2020 cuando el BCRA dejó vedada la posibilidad por las dificultades para evaluar la economía que planteaba la pandemia de Covid-19, repitiendo criterios adoptados por las autoridades monetarias de Suecia, Australia, Canadá, Brasil, Rusia, India y Sudáfrica, entre otros países.
Aquella prohibición general se levantó 21 meses después, dando lugar al esquema de cupos permitidos en moneda nacional y pagos cuotificados que rigió este año.
