El presidente Javier Milei brindó detalles esta noche de sus primeras acciones de Gobierno durante la Apertura de las Sesiones Ordinarias del Congreso de la Nación y anticipó que la inflación, que marcó un 20,6% en enero de 2024, «irá cayendo» y que «la salida del cepo está cada vez más cerca».
«Nosotros le planteamos a la sociedad que la única forma de evitar una catástrofe económica peor sería con un ajuste del gasto público brutal y rápido. Le planteamos a la sociedad que también la corrección de los precios reprimidos y la inflación rezagada producto de la emisión monetaria generaron meses de inflación muy alta y también que sanear la economía destrozada que heredabamos implicaría sacrificio y dolor y tardaríamos en salir del pozo», explicó.
Al pegarle a la oposición por la herencia recibida, agregó: «Firmamos un contrato electoral de esfuerzo y sacrificio porque 100 años de decadencia no se dan vuelta de un día para el otro».
«Asumimos un compromiso con los argentinos de que el esfuerzo iba a valer la pena porque hacerlo nos iba a permitir cumplir dos objetivos. Primero nos permitiría terminar con la inflación para siempre y avanzar en las reformas estructurales para que la Argentina vuelva a ser un país próspero y pujante. Segundo, nos permitirá terminar con el régimen de apartheid político que hay en la Argentina desde hace décadas. Un régimen en el que los políticos y sus amigos son ciudadanos de primera y los argentinos de bien son ciudadanos de segunda», indicó.
En este sentido, indicó que durante los primeros 82 días en el Gobierno nacional, llevó adelante «el programa de gobierno más ambicioso del cual se tenga memoria». «En el plano económico empezamos por destruir el huevo de la serpiente: el déficit fiscal. Hemos avanzado en la reducción del gasto público más profundo de nuestra historia haciendo un recorte de 5 puntos del PBI en tan solo un mes. Redujimos el gasto primario del estado nacional en 40% en términos reales donde dicho resultado surgió de eliminar la obra pública, reducir en el 98% las transferencias a las provincias, reducir los ministerios a la mitad, echar empleados públicos fantasmas, eliminar planes sociales a personas que no los necesitaban, terminar con los intermediarios de la pobreza y reducir al mínimo la flota de autos, asesores y celulares. Es decir si bien ha habido licuación ha habido más de motosierra todo para la política».
